- La firma del dibujante encontrada junto a un bisonte avalaría las sospechas de su eterna juventud
- Su aspecto no ha variado lo más mínimo desde su primera aparición pública, en 1991, lo que le ha valido el apelativo de "el Jordi Hurtado foral"
La investigación de los arqueólogos desplazados a la cueva de Alkerdi en Urdax continúa revelando resultados sorprendentes. Según la Sociedad de Ciencias Aranzadi encargada de los estudios, las pinturas prehistóricas más antiguas de Navarra -descubiertas recientemente- podrían llevar la firma de César Oroz. A falta de un informe caligráfico que ratifique su autoría, los técnicos no han dudado en atribuir los dibujos paleolíticos al caricaturista pamplonés del Diario de Navarra: "además de bisontes, también hemos encontrado trazados de osos y renos, que no serían otra cosa que los primeros bocetos de sus populares personajes Camille y la mascota de la CAN".
Pinturas y pintor en buen estado de conservación
La hipótesis de los científicos de Aranzadi constituye un revés más para los agnósticos que se resisten a creer en la inmortalidad del historietista navarro. En febrero de este año, una limpieza rutinaria en los almacenes del Museo de Navarra sacó a la luz un cuadro inédito y sin catalogar del semblante de un hombre adulto cuyo parecido físico con el humorista gráfico es, cuanto menos, inquietante. Los expertos dataron el lienzo en torno a 1630, y aunque no se aventuraron a identificar ni al modelo ni al creador de la obra, fueron muchos los que asumieron que el óleo correspondía en realidad a un autorretrato de César Oroz Martija. Las pinturas de Urdax confirmarían ahora una evolución tanto en el estilo como en los materiales utilizados por el artista de Iruña.
Haciendo la tira desde hace la tira
A Oroz, que el pasado viernes celebró su 25 aniversario al frente de la trasera del Diario de Navarra, también se le acusó en 2012 de tener un pacto con el diablo con motivo de la publicación de su libro "¿Por qué lo llaman anexión cuando quieren decir conquista?". El volumen, que ofrecía una serie de caricaturas documentadas sobre los protagonistas de la invasión del Reyno en 1512, llamó la atención de historiadores de medio mundo debido al "alto grado de detalle y fiabilidad de las escenas, vestimentas y facciones reflejadas en sus litografías, algo sólo posible para alguien que pudiera haber vivido in situ el conflicto". Además, durante los últimos meses se ha vinculado al ilustrador osasunista con el Departamento del Tiempo.
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