2016/10/19

  • La Wiener Philharmoniker se dirigía de vuelta a casa tras una breve gira de conciertos por Francia
  • El director de la orquesta sinfónica asumió el fallo y eximió de toda responsabilidad al resto de miembros de la comitiva, al reconocer que "ellos sólo seguían mis indicaciones"
La expedición austríaca en la Plaza del Coso de Viana

Cuatro autobuses y varias furgonetas con matrícula austríaca irrumpieron ayer en la localidad navarra de Viana sumidas en el más profundo desconcierto. Entre la sorpresa y la estupefacción, los músicos de una de las mejores orquestas sinfónicas del mundo, la Filarmónica de Viena, fueron descendiendo lentamente de sus vehículos e inundando los bares de la ciudad, visiblemente desorientados. "En el mío entraron tres que chapurreaban algo de español y me pidieron un tubo y un timbal de cachelos. Me costó entender que sólo se estaban presentando", ha declarado a The Foral el camarero que atendió a la tuba, a un timbal y a un chelo del grupo.

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En el mismo sentido se ha pronunciado el alcalde vianés José Luis Murguiondo Pardo, de UPN, que atendió personalmente al director de orquesta en el ayuntamiento: "estaba muy perdido. Se presentó como Elias Pharda, TomTom en mano, y me preguntó que dónde estaba, que no veía el Musikverein por ningún lado. Me dijo que había tomado la batuta de la expedición confiando en su GPS, y que ya no tenía arreglo. 'La Verdi, estoy bastante Strauss', me confesó nervioso. Yo le tranquilicé y le expliqué que estamos acostumbrados a recibir extranjeros por el Camino de Santiago y a artistas de la talla de Serrat, así que no iban a tener ningún problema. Al final hasta sellé el hermanamiento con Viena y todo".

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Murguiondo entregó al director centroeuropeo una Guía Campsa para que pudiera volver a Austria, algo que los músicos internacionales agradecieron tocando un adelanto del Concierto de Año Nuevo en la Plaza del Coso de la localidad. "Pharda me regaló además unas salchichas de su tierra y me admitió que nada más cruzar la frontera con España, recibió la llamada de un compañero que iba detrás suya gritándole algo así como 'Para Elisa', pero entre el manos libres y la mala cobertura de la zona no le oyó bien. El tío respondió 'Beethoven' y siguió pa'alante, y hasta que no llegó a Viana no se dió cuenta de lo que en realidad le había dicho su amigo: '¡Para, Elias, que vas mal!'".

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