- El enfermo del Complejo Hospitalario de Navarra presentaba molestias abdominales y tuvo que ser operado de urgencia para extraerle la vajilla
- Un celador ya había alertado la noche anterior de la desaparición del contenido de una bandeja durante el turno de cenas
Un varón de Leiza de 54 años de edad fue intervenido ayer quirúrjicamente en el Hospital de Navarra para sustraerle un plato hondo, un plato llano, un cuchillito y un tenedor del interior de la barriga. La operación, que según reza el parte médico fue "coser y cantar" para los cirujanos, vino sobrevenida por la ingestión accidental del set de menaje por parte del leitzarra, que ingresó unas horas antes en el CHN aquejado de un cálculo biliar. "Le detectamos unos cuerpos extraños en el bajo vientre al hacerle una placa, pero para cuando lo abrimos ya era tarde: los jugos gástricos habían descompuesto la cuchara e intentaban hacer lo mismo con las judías verdes, aunque sin éxito", señala la nota informativa.
De piedras en la vesícula a porcelana en el estómago
El personal sanitario navarro sigue sin explicarse cómo pudieron acabar los platos de la cena del sábado en la tripa del paciente: "nos advirtieron de que se había acabado todo, pero no nos lo tragamos. Es el primer enfermo que no deja nada desde que está Mediterránea de Catering, por eso no nos lo tomamos en serio. Lo normal es que las bandejas vuelvan intactas al carrito", ha defendido el doctor Tilla, especialista en el tracto del aparato digestivo. Respecto al paciente, el galeno ha asegurado que evoluciona favorablemente, "si bien tiene un poco de anemia debido al bajón de hierro que sufrió al serle extraída la cubertería", ha detallado Tilla, quitándole hierro al asunto.
"Es un cebao, se zampó el menú entero en un abrir y cerrar de glotis"
La hermana del convaleciente ha explicado a The Foral que su congénere "no le hace ascos a nada, es muy buen comedor", lo que pudo jugarle una mala pasada en su primera noche de ingreso. "Mi hermano tiene mucho saque y todo le cae bien, así que nos sorprendió un poco que se quejara de ardor de estómago. En principio lo achacamos al estado incandescente de la sopa de verduras, pero al bajarlo a rayos X nos confirmaron que el cuchillo era la causa de sus punzadas en el abdomen. Él nos ha dicho que quizás confundió el filete con el recipiente que lo contenía (pues era el plato fuerte y estaba más duro y frío que él), pero le habían puesto dieta blanda. Ya no sabemos cómo decirle que mastique mejor antes de tragar", ha concluido la resignada mujer de Leitza.
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